LA OTRA CARA DE ALHAURIN DE
LA TORRE
Una vieja copla
andaluza define a mí entender el devenir
diario de nuestro pueblo.
“Desgraciadito el
que come el pan de la mano ajena, siempre mirando la cara si la pone mala o
buena”.
Los malos
gobernantes saben que premiando a los más fieles se garantizan un puñado de
voto, suficiente ante el silencio y la pasividad de la mayoría.
Las consecuencias de esta pasividad se reflejan en
que tenemos un pueblo donde su alcalde lleva más de 18 años gobernando y
la realidad es que solo ellos y sus
aláteres han sacado rentabilidad a sus políticas.
Creo que ha llegado la hora de que
nuestro pueblo cambie, antes de que tengamos que asistir a su entierro,
por la inanición “debilidad,
desfallecimiento, extenuación” que la somete sus gobernantes.
El pueblo no progresa socialmente, tenemos un pueblo con multitud de
impuestos de los más
altos de la provincia, un paro inscrito oficialmente alcanza los 4500 Alhaurinos y atenaza a millares de familias que no pueden llegar a final de mes, tenemos centenares de empresas y locales vacíos y
somos incapaces de
crear empleo, no generamos ilusión para
nuestros jóvenes y la emigración es la
única salida, salvo para los pocos que tienen la suerte de conservar su empleo por ser amiguitos de alguien.
Pero los verdaderos culpables de la situación que
padece Alhaurin no es el Señor alcalde, sino el conjunto de los Alhaurinos que
una y otra vez ha depositado en él y su partido su confianza.
El miedo tiene un
precio y ese precio en demasiadas ocasiones nos viene impuesto. Este miedo se
combate con alta dosis de transparencia, libertad, solidaridad y el compromiso
de todos los Alhaurinos en un pueblo democrático con políticos que no hagan un
uso partidista de las instituciones y estén al servicio de los ciudadanos.
Estamos en un momento histórico y
no nos está permitido desaprovecharlo, no podemos dejar pasar esta oportunidad a pesar
del pensamiento ideológico de cada uno está el bien común de Alhaurin de la Torre de sus ciudadanos
y el futuro de nuestros hijos. Por eso cuando
perdamos el miedo a votar otras alternativas habremos ganado la
batalla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario