Es increíble escuchar como personas jóvenes y no tan jóvenes han perdido todo respeto por los que les van a representar a su pueblo durante los próximos años y no es ninguna idea descabellada pensar que el grado de abstención será importante.
La próxima contienda electoral va a ser muy complicadas para el elector, no sólo tendrá que decidir quién los gobiernan, sino que tendrá la oportunidad de cambiar la política que se ha venido ejercitando estos últimos años.
Tengo la convicción de que hay un gran futuro para nuestro pueblo; nunca como en este momento hemos necesitado un espacio político y social en el que poder reafirmarnos, buscar refugio y cobertura ideológica en un partido nuevo que nos pueda representar a todos/as ante el desmantelamiento del estado del bienestar y el recorte de derechos sociales y laborales que estamos sufriendo en los últimos años en nuestro pueblo.
Somos muchas las personas que compartimos, desde posiciones y sentimientos, un compromiso político común, en defensa de la justicia social, la transparencia, la participación ciudadana y la ecología. Todas y todos coincidimos, además, en la necesidad de cohesionar un discurso propio, alternativo y más radical, que represente estos principios y articule un movimiento político y social, basado en la pluralidad, la participación y la convivencia.
Los malos dirigentes son elegidos por buenos ciudadanos que no votan.
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