jueves, 21 de junio de 2012





Estamos asistiendo al espectáculo bochornoso de ver como se hipoteca el futuro de todo un país para salvar a unos pocos. 
La imagen de un presidente feliz, presenciando el partido de la Eurocopa, es la imagen de un pueblo el español que una vez mas tiene que pagar los vasos rotos de esta pandilla de engreídos que le sale la palabra España cada minuto de sus bocas y cuyo único amor patrio es desangrarla y chupar la poca sangre que le queda a los españoles. 
El mal llamado rescate a la española es una muestra mas de la debilidad de un presidente y un gobierno que van a la deriva, mientras que Europa dicta unas medidas que a todas luces son perjudiciales para el conjunto de la ciudadanía. 
Con el incesante rumor del rescate, me tengo que hacer necesariamente la siguiente pregunta: ¿Si el Estado puede intervenir para salvar a los bancos que tomaron riesgos imprudentes en los mercados de la vivienda, por qué no puede intervenir para impedir que millones de españoles sufran inminentes ejecuciones hipotecarias? 
Además de esta desvergüenza en los próximos meses se nos avecina una prebenda de privatizaciones de las pensiones, sanidad y educación y otras como la privatización de carreteras, autovías, autopistas, junto a la implantación de peajes en las ya existentes. Esta son las medidas que preparan el gobierno y seremos de nuevo los contribuyentes los que tendremos que pagar de nuevo. 
Aunque nos achicharremos todos los españoles la única salida es nuestra presión en la calle para que se vuelva a recuperar nuestra autonomía como nación y nuestra dignidad como españoles.

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