sábado, 28 de junio de 2014

COMO VIVEN MILLONES DE PERSONAS EN ESTE PAÍS,

El control de los poderes económicos sobre los gobiernos es total, nos engañan constantemente. 

Las políticas de austeridad solo repercuten en los más débiles, los afectados por el drama del paro hace que sus vidas, sea un auténtico sin vivir que está ocasionándoles una pobreza, económica, moral y física, impensable para los tiempos en que vivimos. Es lamentable que se siga hablando de conservar el estado del bienestar cuando más de un 20% de la ciudadanía está en la pobreza y un alto porcentaje está en el umbral de la misma, es increíble un estado del bienestar cuando a más de 5.000.000 de personas se les priva del derecho de trabajar, ¿qué estado del bienestar es éste?, donde las personas pierden su empleo, se les reduce y se eliminan las prestaciones y subsidios, se expropia a los ciudadanos de sus casas por no pagar su hipoteca.

La privación de derechos que conlleva la pérdida del empleo son tantos, que la distancia entre paro y pobreza se ha visto reducida a la mínima expresión. Los recortes en sanidad, dependencia, educación y en las prestaciones y subsidios, alejan a desempleados/as de un mínimo de esperanza y los lleva a la exclusión social en muchos casos. Tener que recurrir a la caridad como medida de subsistencia, tener que renunciar a una educación para los hijos/as por que las subidas de tasas no nos lo permiten,  verte expulsado sin piedad de tu vivienda por no tener recursos y lo más grave caer en la desesperación, con los problemas de salud que esto conlleva, nos coloca en una situación de debilidad, totalmente inaceptable al vulnerarse derechos reconocidos en nuestra Constitución. El abandono que sufren millones de desempleados/as es tal que el drama descrito anteriormente corre el riesgo de aumentar y, más grave todavía, convertirse en crónico.  

Todos somos testigos de la implicación de bastantes de nuestros gestores en casos de corrupción y saliendo diariamente a la luz pública casos de despilfarro que nada tienen ver con la austeridad que aplican sin piedad sobre los más débiles, que un débil roba una lechuga y poco menos le mete en la cárcel. Fijaros el gran número de golfos que andan sueltos viviendo en un mundo de lujo y sin afectarles para nada sus golferías.

Y ese es nuestro problema, porque, nos hemos convertido en la coartada para recortar en todo; suben impuestos y aprovechando las circunstancias adelgazan las funciones del Estado privatizando servicios esenciales, a la vez nos endurecen los requisitos para acceder a una pensión y bajan las cuantías de las mismas. Está claro: no solo se mejora nuestra situación si no que se utiliza la misma para sin ningún pudor empeorarla, cada vez tenemos más claro el intento de globalizar la miseria como elemento de control y de sumisión. La justicia social ¿dónde está? ¿Cómo hablar de reparto del trabajo en una economía global donde se permiten jornadas de doce horas?

Nuestro silencio, nuestra resignación y nuestra debilidad ha sido su coartada. Seamos más fuertes, no nos callemos, no nos resignemos y acabemos uniéndonos en la exigencia de un trabajo digno, en la misma proporción de personas dignas, que lo somos, para dejar de ser un problema y ser la solución.

Tenemos que cambiarlo solo nosotros; somos la solución, nuestra debilidad desaparecerá con nuestra unión, ésta hará que nos tengan en cuenta. Si no luchas nadie te escucha, ¡qué gran verdad! Planteémonos el hacer algo por cambiar nuestra situación. Somos la solución.

 


 

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