domingo, 22 de junio de 2014

La situación de recortes y pobreza que vive nuestro país.


Nuestro presidente de gobierno presume continuamente de estar sacando a este país del bache enorme que pasa, y se pavonea orgulloso de lo bien que lo está haciendo, por otro lado una campaña en televisión nos habla de la imaginación que tienen que ponerle al pan muchas madres para que eso que comen sus hijos parezca un bocadillo.

Una pobreza infantil que algunos no quieren ver como si aquí no fuésemos conscientes de que la pobreza infantil alcanza casi al 30%.


Hoy 3 de cada 10 niños y niñas  viven en España por debajo del umbral de la pobreza, niños y niñas que están castigados sin motivo sin actividades extra escolares, sin libros, sin regalos, sin cenar. Niños que dependen de la buena voluntad de sus colegios (no sé si se acuerdan que ahora te cobran hasta por llevar el tape) o de gente a la que no conocen para poder meter algo en el estómago.

A tenor de ambos planteamientos me hago la siguiente pregunta: ¿vale la pena, es más, es justificable, alardear de aparentes buenas noticias económicas para un país cuando, de ser así, se hace a costa de los más débiles?

Vamos, que a mí, particularmente, se me caería la cara de vergüenza de ir por ahí contando que uno está salvando a su nación cuando la ruina moral por la que está apostando resulta patética a los ojos de cualquiera.

No creo que sea para presumir tener el país que tenemos: sin derecho a la salud, ni a la justicia, ni a la educación, y lo que me resulta más importante, el derecho a todo ser humano a una vivienda digna y a 3 comidas diarias que no incluyen ni el caviar, ni el foie de oca ni champagne francés de primera línea. Por lo menos, a los ojos de un señor que se supone defiende los derechos de todos los españoles

Yo quiero salir del agujero. Como todos. Pero no a costa de ser más pobres, de tener menos derechos, no a costa de una educación para ricos que se harán más ricos y podrán manejar a los pobres cada vez más pobres a su antojo por aquello de que el puesto de trabajo que tú no quieras los querrán otros 500 y por menos sueldo.

No me gusta el juego sucio. Por eso no me gusta este gobierno, que no respeta la dignidad del ser humano y que cree que castigarnos a todos con recortes de todo tipo los hace más eficaces.

Me ahorro lo de “todo va bien” porque cuando las palabras sobran, mejor no intentar dotarlas de sentido.

No hay comentarios: