jueves, 16 de abril de 2015

PODEMOS O CIUDADANOS


Si bien nunca he intentado comprar la moto que vendía Podemos, si es cierto que en algunos momentos llegué a pensar que podría ser la alternativa de izquierdas que necesita España.

Podemos aspiraba a convertirse en un partido mayoritario, ser capaz de representar a todos aquellos indignados y convertirse en un movimiento popular que representara a los de “abajo”.

La estrategia para ello era lograr canalizar la ira contra los partidos tradicionales, fructificar los errores del PP, PSOE y de Izquierda Unida, y recoger los restos de sus respectivos naufragios y asi “ocupar la centralidad del tablero político”, es decir, construir un partido de corte centrista que pudiera atraer tanto a votantes del IU, PSOE, PP u otros y conectar con el amplísimo número de españoles que se sitúan ideológicamente en el centro-izquierda, desmarcarse de las etiquetas clásicas y aglutinar los anhelos de un pueblo mayoritariamente harto de la política tradicional para el cual las etiquetas izquierda-derecha habrían dejado de funcionar.

Para ello sólo tendría que prometer a la ciudadania lo que querian escuchar, “trabajo para todos, corregir las desigualdades, combatir eficazmente la corrupción y garantizar una educación y sanidad pública y universal, etc etc”

Una estrategia perfecta  para un partido político que supiera jugar sus bazas con inteligencia.

Se trataría, en definitiva, de aspirar a ganar y tenían posibilidades pero  la irrupción de Ciudadanos, pone en cuestión la capacidad de Podemos de hegemonizar las aspiraciones de ese gran número de españoles indignados con la vieja política y partidarios de una nueva política que represente mejor a los de abajo y ponga en su sitio a los grandes.

Precisamente porque Ciudadanos nace en el centro, ha necesitado muy poco tiempo para instalarse en ese espacio político y hacer una oferta atractiva para los que, desde abajo, quieren acabar con el bipartidismo.

Podemos tendría que moderarse bastante para lograr llegar hasta el centro y convertirse en un partido mayoritario o podría muy bien encontrarse con la sorpresa de que para cuando lograra llegar al centro y representar a los de “abajo”, ese espacio ya estuviera ocupado. 

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