Un amigo
pastor, una persona humilde, que pasea sus cabras por el Arroyo del Pinar y que
veo a veces cuando saco mi perro a pasear a las siete de la mañana, después de
charlar un rato le pregunte porque a
su avanzada edad aun sacaba sus cabra a
pastar y me contó sus motivos.
Con su peculiar gracejo andaluz me dijo que a
sus más de 80 años aun pastorea con sus cabras por los caminos porque con
la actual crisis económica y con su escasa pensión le sería imposible
vivir.
Me decía que para el que es pastor los pastores
de la economía son las grandes empresas, los bancos y los gobiernos que permiten
los grandes beneficios económicos de unos pocos fastidiando a los más
indefensos.
Ahora que la economía está en crisis los bancos
reciben nuestro dinero a través de las arcas del estado y se nos pide a los
ciudadanos nuevos sacrificios.
Se ha deteriorado las condiciones de vida y el
trabajo de muchas personas con políticas basuras donde no ha existido el
sentido de la equidad ni la redistribución de las riquezas sino todo lo
contrario.
Siguió diciéndome, que en nuestra sociedad se están
acumulando problemas, carencias y frustraciones que cada vez afectan a más
personas y que acabaran estallando, que estaba a favor de que los jóvenes tomen las riendas de la
cosa pública, dice que son,
impulsivos y algo cándidos, propensos al tropiezo y a los juicios ligeros, de
visión incompleta por falta de vida vivida. Pero la elasticidad de sus ideas y
la potencia de sus ánimos son un capital invaluable.
Y al final me dijo un viejo refrán “A cuentas
viejas, baraja nueva” algo que no entendí muy bien al principio
luego reflexione y comprendí que lo que quería decir es que ya es
hora de que empecemos a jugar nuestras cartas sino queremos volver a
perder nuestra partida.
Nos despedimos con un saludo y me di cuenta por
sus respuestas que a pesar de su edad aun estaba muy cuerdo.
(Todo lo aquí expresado es pura ficción,
los personajes nombrados son ficticios)
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