martes, 9 de septiembre de 2014




VIVIR CON MIEDO

Con los actuales sueldos, el 20% de las familias no llega a final de mes y el 60% no podrían afrontar un gasto imprevisto

La crisis ética y social, se han concretado en el Estado español de múltiples formas, alguna de ellas ciertamente dramática, como el índice de paro. Pero hay otras manifestaciones intangibles,  tan injustas y socialmente más peligrosas que aquellas. Una de ellas es el miedo.

La ciudadanía española tiene miedo. Las familias tienen miedo. Y a este gobierno parece no importarle. El Fondo Monetario Internacional afirma que será necesario abaratar más el despido y rebajar los sueldos.

El Gobierno español ha dado a conocer las conclusiones sobre las pensiones: hay que apostar por las “capitalizaciones privadas”, es decir, que el sistema de pensiones público se convierta en privado, los planes de pensiones, porque las pensiones futuras serán de mucha menor cuantía que las actuales.

Ambas afirmaciones, la rebaja de los sueldos y de las pensiones, no hacen más que aumentar el miedo en nuestra sociedad.

Y hay razones para tenerlo. Aumentos de impuestos, directos (como el IBI de los ayuntamientos, obligados por ley por el propio estado) o indirectos como el IVA, un IPC (el coste de las cosas) del 2,4%; o el pago por servicios considerados hasta hace muy poco como públicos e intocables (sanidad, educación,...)  ¡Claro que la gente tiene miedo!

Las esperanzas de encontrar trabajo son cada vez más escasas, los que lo tienen han visto recortados sus derechos, aquel o aquella que felizmente tiene trabajo cobra menos cada año, los pensionistas mantienen a sus familias con pensiones que no se han revalorizado conforme al IPC perdiendo poder adquisitivo.

Los estudiantes pierden sus becas porque un ministro valorado por la ciudadanía con un 1,76 sobre 10, pide un 6,5 de nota para acceder a ellas. El 21% de la población española se encuentra en el umbral de la pobreza (la infantil ha aumentado un 30% en los últimos diez años y muchos niños y niñas solo reciben una alimentación adecuada en los comedores escolares.

¡Claro que la gente tiene miedo!

Miedo a no encontrar trabajo, miedo a no poder alimentar o educar a sus hijos, miedo a perder sus casas, mientras la banca que les embarga recibe ayudas millonarias de sus propios impuestos y jubilan a sus directivos con cantidades indecentes o los defraudadores se benefician de asombrosas amnistías fiscales.
Miedo por el presente y por el futuro. Sé que habrá quien me acuse de alarmista. Son los que ven brotes verdes en el desierto, los videntes de luces al final del túnel. Aquellos que esconden la realidad, niegan la evidencia o, quizás, sencillamente, no la sufren. 



 Parados.en movimiento  


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