Alhaurin de la Torre

ESPAÑA TIENE UN CÁNCER

Cada día somos más los españoles que creemos que  España tiene un cáncer, que es su clase política. Políticos con poder desmesurado en donde los menos deciden por los más y usufructúan la cosa pública a sus anchas  lo que está redundado en el ejercicio de un dominio absoluto, caracterizado por el abuso, la arbitrariedad, el clientelismo político y la cleptocracia. 500.000 políticos y enchufados inútiles viviendo de la teta pública sin aportar nada al bien común, únicamente aportan al ciudadano, desempleo,  pobreza, corrupción, desconfianza en el poder, desprestigio al sistema y desunión.

Una casta política que prefiere sangrar al ciudadano con impuestos y recortes vitales, retroceso de los derechos sociales, privatizaciones, y desmantelamiento de los servicios públicos ya saben, no hay dinero para nuestra sanidad y educación, pero de repente aparecen  millones para los bancos siempre hay dinero para rescatar a los bancos pero, nunca para los ciudadanos.

En estos momentos en los que, la coherencia en política, no se aprecia ni se espera,  el peso de esta crisis lo vamos a seguir soportando los mismos, y además de forma muchísimo más dura, porque el Partido Popular nos está demostrando qué intereses defiende, y desde luego no han sido, ni son, ni serán los de la clase trabajadora.

Este es el problema, el descrédito hacia los políticos ha hecho que los ciudadanos se aparten, no participen y no ostenten conciencia política, quizá sea ese uno de los grandes problemas de la desafección creciente lo que ha dejado a una “clase política” inescrupulosa y parasitaria servirse con la cuchara grande e imponer sus propias reglas del juego.

Se nos ha olvidado que la totalidad de los logros sociales de la humanidad han sido consecuencia de formidables luchas y enormes sacrificios durante siglos.

Sin embargo, la única manera de que el ejercicio del poder soberano sea para el bienestar e interés general del ciudadano es por medio de la “politización de la sociedad”, de la ocupación de los espacios de poder por los ciudadanos, que solo se logra a base de participación y de no resignación.