martes, 1 de octubre de 2013

¡No hay mujeres feas solo perezosas!

Es lo que decía Helena Rubinstein, una mujer que de eso sabía mucho. 

Desde que oí esta frase me ha hecho pensar mucho y creo que tiene razón.

Esta mujer adelantada de su época, que de la nada hizo todo un imperio económico, también recomendaba que para estar guapa había que  hacer ejercicio, dejar de fumar y seguir una dieta adecuada. Me gusta ver que asociaba la belleza a la vida saludable, la felicito porque muchas personas no ven esta asociación.

Y aunque han pasado muchos años desde que “Madame Rubinstein” dijera esto, son principios que hasta la fecha os pueden ayudar a potenciar la belleza natural que todas lleváis dentro. Y no se trata de pintarse y repintarse, porque casi siempre lo natural es lo más hermoso, sino de dedicar tiempo a arreglaros, a sacar todo lo bonito que tenéis y a potenciarlo con el cuidado de vuestra salud.

También se me ocurre añadir que: “La cara es el espejo del alma”

Para esto Doña Helena no tenía ningún producto, pero los hay,  como ese que dice “el corazón alegre hermosea el rostro” ¡y qué verdad es! No hay mejor maquillaje que un toque de alegría.

Esa alegría del corazón es el mejor de los cosméticos, el más económico, el más duradero, el más satisfactorio. Y esa alegría, la auténtica alegría, porque de esto también hay sucedáneos, solo se encuentra en la vida.


Las mujeres bellas lo son siempre, la belleza se lleva en la sangre y si la elegancia no se puede comprar sí se puede ejercer, hay formas de camuflar los defectos físicos y compensarlos con imagen personal, Para Coco Chanel la belleza era una armonización de la feminidad, sencillez y elegancia

No hay comentarios: